Tras la muerte de un ser querido no sólo nos quedan la pena
y el llanto, sino también el recuerdo de aquellos momentos vividos y los bienes
del difunto que no sólo ayudarán a que nuestro familiar permanezca en la
memoria sino también a que, en algunas ocasiones, se produzcan discusiones.
Para evitar, o aminorar, estas disputas que surgen con los
bienes de nuestro ser querido lo mejor y más importante es acudir a
un abogado de confianza, especialista en herencias, para que nos asesore, nos explique
el procedimiento, dialogue con el resto de familiares para llegar a un acuerdo,
en definitiva, para que vele por nuestros intereses y nos guíe en el arduo
camino que supone la partición de la herencia.
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